En este espacio creado para el acercamiento de nosotros los estudiantes de la Universidad Javeriana hacia la teología y su relación con un mundo que cada vez necesita más la ayuda de ciudadanos, estudiantes, profesionales y en general personas que se sensibilicen con su entorno.
La Teología no sólo sirve para comprender al hombre y su necesidad de crear una figura a quien respete, venere y dirija todo los actos de bondad que es capaz de realizar el hombre en tanto que ser finito.
Mi nombre es Ana María, soy estudiante de historia de la Javeriana. Unas de las cosas que me interesaron de estudiar alguna de las ciencias sociales, era una en la que pudiera entender al hombre como ser sensible ante el dolor, como ser frágil que a través del uso de su razón puede amar sin medida, pero que también puede destruir, hacer daño e ignorar.
Tenemos que entender en primer lugar que no sólo el Cristianismo como fenómeno social e histórico ha revolucionado el mundo y ha llamada o los hombres a amar a su prójimo. El llamado lo han hecho diversas religiones alrededor del mundo, lo ha dicho el Budismo -no como religión, sino como forma de vida-, lo ha hecho el Islam, incluso la nueva ola de Neo-chamanismo nos ha llamado la atención, pero pareciera que el esfuerzo de los más grandes pensadores ha sido en vano. Seguimos viviendo unas veces reconociendo, otras obviando, y otras luchando en contra de lo que más injusto nos parece.
A mi me duelen muchas cosas de mi mundo y siento que la academia no hace lo suficiente, la academia no nos impulsa a luchar o tratar de revolucionar el mundo no con la fuerza de las armas o la lucha violenta, sino una lucha por quienes podemos ayudar. Nos aterramos de las injusticias de África pero no reconocemos que nuestro país está igual. Nos aterramos de que en algunas naciones que profesan el Islam manden a las mujeres a cubrirse, pero no reconocemos que vivimos en un país que tiene sobredosis de silicona, y en el que el machismo está completamente vivo. Tal vez no lo reconocemos porque nosotros como estudiantes privilegiados no estamos rodeados del dolor.
Edith Stein, la mujer, la filosofa, la Santa nacida en el seno de una familia judía, que luego de un llamado de Dios se convirtió al catolicismo afirmaba: "Hay hombres que sirven a Dios si ser conscientes de ello, e incluso en contra de su propia voluntad"